sábado, 4 de abril de 2009
LA UNION EL MUNICIPIO MAS HERMOSO DEL MUNDO
LA UNION ANTIOQUIA
Identificación del municipio
Nombre del municipio: LA UNION
NIT: 890981995-0
Código Dane: 05400
Gentilicio: UNITENSES
Otros nombres que ha recibido el municipio: VALLEJUELO
Símbolos
Escudo
PARTE INFERIOR SUPERIOR: Con su fondo verde, representativo de los cultivos, especialmente de la mata de papa, la cual se encuentra dibujada sobre el color mencionado que nos indica nuestro clima frió y los cultivos frescos, al igual que el paso y la fertilidad de nuestra tierra.
Así mismo se sitúa la mata de la papa en la parte superior, como cabeza del cultivo más predominante.
PARTE INFERIOR DERECHA: las Herramientas de nuestra duro laborar (Machete, Azadón, Pala, Canasta, empaque etc.), dentro del blanco significado absoluto de la paz que acompaña nuestra región y así mismo del caolín, extendido en la mayor parte de nuestras tierras.
Simbólicamente la dura labor del Unitense, siempre encuentra su regocijo en la tranquilidad, sin la cual sería casi imposible nuestra economía y el empuje de nuestros campesinos.
PARTE INFERIOR IZQUIERDA: las riquezas totales de la localidad (Papa, Leche, Pastos, Hortalizas, Maíz, etc.), plasmados sobre un fondo de color rojo, que al contrario de simbolizar guerra o muerte, demuestra la atenuante ahínco de los pobladores, que llevan en sus venas el rojo de su sangre como muestra de vida, factor decisivo de pujanza, lucha y entrega total a la producción Unitense.
Enmarcado y así mismo rodeado todo lo anterior por una figura triangular, representativa de cadenas montañosas de la localidad, con un efecto simbólico, particularmente a la elevación imponente que sobresale al occidente de la población, majestuoso y vigilante conocido como el “Morro Peñas”.
Simbolismo representativo de la peña, en su parte inferior presenta de igual manera la figura taxativa de dos manos que proponen unirse como símbolo encerrado de coraje, riqueza, costumbres y elementos autóctonos que allí se presentan y que se realizan gracias a las manos incansables y trabajadoras de nuestras gentes y a la labor indivisible de todos sus pobladores.
Trabajos costumbres y elementos reunidos en sus interior
Primordialmente sobre una cinta, en la parte más inferior se lee:
SOLIDARIDA: arrogancia que enaltece a nuestra población en todos sus momentos y que es fruto directo de la Unión.
UNIÓN: Factor primordial en el progreso de una comunidad.
PAZ: Precioso don, que se extiende perdurable e inagotable en todo el Municipio.
Bandera
Compuesta por tres franjas iguales, representadas así:
VERDE: Representativa de la productividad agrícola de la población, (Papa Pasto, Maíz etc.)y de su clima frió.
ROJA: Hace referencia al color de la vida, la sangre, que circula velozmente por nuestro laborioso campesino y sin la cual sería inútil e imposible cualquier método de justificación del trabajo, pujanza y progreso Unitense.
BLANCA: Emblema universal de la paz que inunda nuestras tierras y así mismo el precioso caolín que se encuentra inagotable a nuestros pies.
Las franjas todas ellas de una misma dimensión, en la que la central como representativa del poblador Unitense, posee el dominio principal entre sus actividades predominantes, al mismo tiempo que se busca la explotación racional y equilibrada de nuestros medios sin producir, en lo posible, efectos perjudiciales
Himno
Autor: Padre Carlos Julio Giraldo García
Audio:
Letra:
HIMNO A LA UNIONCOROA la Unión entonemos su himnoEn ofrenda fiel a la patria;Y con el dejaremos un signoA su raza unida en plegaria.IVallejuelo de Antioquia nacisteComo historia quedaste cerrada;Porque un pueblo ahora prendisteConquistando la nueva alborada.IIDon José y Don Vicente esculpieronConstruyendo una tierra gozosa;La Unión en sus manos dejaronY a la patria la hicieron dichosa.IIIUna peña vigila sin sombrasForjada en la tenaz cordillera;Por las aguas tejar y las piedrasSe abre paso ciudad caballera.IVPor el signo de Cristo en su pechoY su escudo la virgen María;Se busca con la paz el derechoEn anhelos de entera alegría.VPor sus valles el verde detieneEl azul en el frió horizonte;Las virtudes morales mantienenA los hombres de fuerza potente.VICompartimos un pueblo que amamosEl trabajo y la ruana de capa;Con las manos unidas de hermanosEn la tierra feraz de la papa.VIIEl esfuerzo de casta bravíaHa dado los montes y valles;Para hacer de la tierra una víaDe progreso y futuro y ayes.VIIIEn el surco la papa floreceSobre el pasto la vaca sestea;Y un buen fruto la gente merecePor la leche los niños recrea.IXCaolín, tierra fresca que adornasLa prospera industria Antioqueña;Con mujeres hermosas asombrasA la vida que hacemos risueña.XRespiramos la alta montañaEnclavada central cordillera;Por acá el forastero no extraña;Acogida se brinda al que quiera.
Otros símbolos
Historia
Fecha de fundación: 01 de julio de 1911
Nombre del/el fundador (es): DON JOSE MARIA LONDOÑO MARULANDA Y DON VICENTE TORO
Reseña histórica:
En 1659, el sitio de vallejuelo, hoy La Unión, pertenecía a Rionegro, donde habían, para esta época, grandes haciendas dispersas dedicadas a la agricultura y la ganadería.
En 1709 las tierras de vallejuelo fueron del General Juan Londoño Trasmiera, a partir de ese momento pasaron a propiedad de varios propietarios, desde 1760, algunos vecinos ricos de Rionegro tenían interés por apoderarse de las tierras localizadas en el Sur Oriente, "Comenzaron a solicitar y obtuvieron grandes mercedes de tierras en la Jurisdicción de la ciudad de Arma. Pagando una corta cantidad a beneficio de la Real hacienda Don Ignacio Castañeda (1760), Don Sancho Londoño (1762), Don Felipe Villegas y Córdoba".
En 1762 el corregidor Sancho Londoño Zapata, era propietario de tierras en La Ceja y en Vallejuelo - La Unión.
Geografía
Descripción Física:
Latitud 05o 58`38" O, Longitud 75o 24`54" O
Límites del municipio:
Limita por el norte con los municipios de La Ceja y El Carmen de Viboral, por el este con El Carmen de Viboral, por el sur con los municipios de Sonsón y Abejorral y por el oeste con el municipio de La Ceja.
Extensión total: 198 Km2
Extensión área urbana: 62 Km2
Extensión área rural: 136 Km2
Altitud de la cabecera municipal (metros sobre el nivel del mar): 2.500
Temperatura media: 13oº C
Distancia de referencia: 57 kilómetros de la ciudad de Medellín, capital del departamento de Antioquia.
Mapas:
Ecología
Posee 1 corregimiento, Mesopotamia, y 24 veredas, entre ellas La Cabaña, El Guarango, San Francisco, La García, Quebrada Negra, Las Colmenas, Minitas, San Miguel Abajo, Piedras Teherán, Vallejuelito, El Cardal, San Juan, Chuscalito, Las Teresas, La Palmera y La Almería. Tiene comunicación por carretera con los municipios de La Ceja, Carmen de Viboral, Sonsón y Abejorral.
Economía
La Base Fundamental de La Economía de Nuestro Municipio esta movida por, la Agricultura, la Ganadería y La Minería.
Vías de comunicación
Aéreas:
Este Municipio no cuenta con estos accesos
Terrestres:
Medellín - La Unión, Sonson - La Unión, El Carmen de Viboral La Unión.
Fluviales:
Este Municipio no cuenta con estos accesos
Identificación del municipio
Nombre del municipio: LA UNION
NIT: 890981995-0
Código Dane: 05400
Gentilicio: UNITENSES
Otros nombres que ha recibido el municipio: VALLEJUELO
Símbolos
Escudo
PARTE INFERIOR SUPERIOR: Con su fondo verde, representativo de los cultivos, especialmente de la mata de papa, la cual se encuentra dibujada sobre el color mencionado que nos indica nuestro clima frió y los cultivos frescos, al igual que el paso y la fertilidad de nuestra tierra.
Así mismo se sitúa la mata de la papa en la parte superior, como cabeza del cultivo más predominante.
PARTE INFERIOR DERECHA: las Herramientas de nuestra duro laborar (Machete, Azadón, Pala, Canasta, empaque etc.), dentro del blanco significado absoluto de la paz que acompaña nuestra región y así mismo del caolín, extendido en la mayor parte de nuestras tierras.
Simbólicamente la dura labor del Unitense, siempre encuentra su regocijo en la tranquilidad, sin la cual sería casi imposible nuestra economía y el empuje de nuestros campesinos.
PARTE INFERIOR IZQUIERDA: las riquezas totales de la localidad (Papa, Leche, Pastos, Hortalizas, Maíz, etc.), plasmados sobre un fondo de color rojo, que al contrario de simbolizar guerra o muerte, demuestra la atenuante ahínco de los pobladores, que llevan en sus venas el rojo de su sangre como muestra de vida, factor decisivo de pujanza, lucha y entrega total a la producción Unitense.
Enmarcado y así mismo rodeado todo lo anterior por una figura triangular, representativa de cadenas montañosas de la localidad, con un efecto simbólico, particularmente a la elevación imponente que sobresale al occidente de la población, majestuoso y vigilante conocido como el “Morro Peñas”.
Simbolismo representativo de la peña, en su parte inferior presenta de igual manera la figura taxativa de dos manos que proponen unirse como símbolo encerrado de coraje, riqueza, costumbres y elementos autóctonos que allí se presentan y que se realizan gracias a las manos incansables y trabajadoras de nuestras gentes y a la labor indivisible de todos sus pobladores.
Trabajos costumbres y elementos reunidos en sus interior
Primordialmente sobre una cinta, en la parte más inferior se lee:
SOLIDARIDA: arrogancia que enaltece a nuestra población en todos sus momentos y que es fruto directo de la Unión.
UNIÓN: Factor primordial en el progreso de una comunidad.
PAZ: Precioso don, que se extiende perdurable e inagotable en todo el Municipio.
Bandera
Compuesta por tres franjas iguales, representadas así:
VERDE: Representativa de la productividad agrícola de la población, (Papa Pasto, Maíz etc.)y de su clima frió.
ROJA: Hace referencia al color de la vida, la sangre, que circula velozmente por nuestro laborioso campesino y sin la cual sería inútil e imposible cualquier método de justificación del trabajo, pujanza y progreso Unitense.
BLANCA: Emblema universal de la paz que inunda nuestras tierras y así mismo el precioso caolín que se encuentra inagotable a nuestros pies.
Las franjas todas ellas de una misma dimensión, en la que la central como representativa del poblador Unitense, posee el dominio principal entre sus actividades predominantes, al mismo tiempo que se busca la explotación racional y equilibrada de nuestros medios sin producir, en lo posible, efectos perjudiciales
Himno
Autor: Padre Carlos Julio Giraldo García
Audio:
Letra:
HIMNO A LA UNIONCOROA la Unión entonemos su himnoEn ofrenda fiel a la patria;Y con el dejaremos un signoA su raza unida en plegaria.IVallejuelo de Antioquia nacisteComo historia quedaste cerrada;Porque un pueblo ahora prendisteConquistando la nueva alborada.IIDon José y Don Vicente esculpieronConstruyendo una tierra gozosa;La Unión en sus manos dejaronY a la patria la hicieron dichosa.IIIUna peña vigila sin sombrasForjada en la tenaz cordillera;Por las aguas tejar y las piedrasSe abre paso ciudad caballera.IVPor el signo de Cristo en su pechoY su escudo la virgen María;Se busca con la paz el derechoEn anhelos de entera alegría.VPor sus valles el verde detieneEl azul en el frió horizonte;Las virtudes morales mantienenA los hombres de fuerza potente.VICompartimos un pueblo que amamosEl trabajo y la ruana de capa;Con las manos unidas de hermanosEn la tierra feraz de la papa.VIIEl esfuerzo de casta bravíaHa dado los montes y valles;Para hacer de la tierra una víaDe progreso y futuro y ayes.VIIIEn el surco la papa floreceSobre el pasto la vaca sestea;Y un buen fruto la gente merecePor la leche los niños recrea.IXCaolín, tierra fresca que adornasLa prospera industria Antioqueña;Con mujeres hermosas asombrasA la vida que hacemos risueña.XRespiramos la alta montañaEnclavada central cordillera;Por acá el forastero no extraña;Acogida se brinda al que quiera.
Otros símbolos
Historia
Fecha de fundación: 01 de julio de 1911
Nombre del/el fundador (es): DON JOSE MARIA LONDOÑO MARULANDA Y DON VICENTE TORO
Reseña histórica:
En 1659, el sitio de vallejuelo, hoy La Unión, pertenecía a Rionegro, donde habían, para esta época, grandes haciendas dispersas dedicadas a la agricultura y la ganadería.
En 1709 las tierras de vallejuelo fueron del General Juan Londoño Trasmiera, a partir de ese momento pasaron a propiedad de varios propietarios, desde 1760, algunos vecinos ricos de Rionegro tenían interés por apoderarse de las tierras localizadas en el Sur Oriente, "Comenzaron a solicitar y obtuvieron grandes mercedes de tierras en la Jurisdicción de la ciudad de Arma. Pagando una corta cantidad a beneficio de la Real hacienda Don Ignacio Castañeda (1760), Don Sancho Londoño (1762), Don Felipe Villegas y Córdoba".
En 1762 el corregidor Sancho Londoño Zapata, era propietario de tierras en La Ceja y en Vallejuelo - La Unión.
Geografía
Descripción Física:
Latitud 05o 58`38" O, Longitud 75o 24`54" O
Límites del municipio:
Limita por el norte con los municipios de La Ceja y El Carmen de Viboral, por el este con El Carmen de Viboral, por el sur con los municipios de Sonsón y Abejorral y por el oeste con el municipio de La Ceja.
Extensión total: 198 Km2
Extensión área urbana: 62 Km2
Extensión área rural: 136 Km2
Altitud de la cabecera municipal (metros sobre el nivel del mar): 2.500
Temperatura media: 13oº C
Distancia de referencia: 57 kilómetros de la ciudad de Medellín, capital del departamento de Antioquia.
Mapas:
Ecología
Posee 1 corregimiento, Mesopotamia, y 24 veredas, entre ellas La Cabaña, El Guarango, San Francisco, La García, Quebrada Negra, Las Colmenas, Minitas, San Miguel Abajo, Piedras Teherán, Vallejuelito, El Cardal, San Juan, Chuscalito, Las Teresas, La Palmera y La Almería. Tiene comunicación por carretera con los municipios de La Ceja, Carmen de Viboral, Sonsón y Abejorral.
Economía
La Base Fundamental de La Economía de Nuestro Municipio esta movida por, la Agricultura, la Ganadería y La Minería.
Vías de comunicación
Aéreas:
Este Municipio no cuenta con estos accesos
Terrestres:
Medellín - La Unión, Sonson - La Unión, El Carmen de Viboral La Unión.
Fluviales:
Este Municipio no cuenta con estos accesos
JUAN FERNANDO VELAZCO
OBITUARIO
Fanny Mikey, madrina del teatro latinoamericano
Fue actriz y directora del esencial Festival Iberoamericano de Bogotá
WINSTON MANRIQUE SABOGAL 17/08/2008
Vota
Resultado 9 votos
¡Actriz! Sí, actriz antes que cualquier otra cosa. Eso se consideraba Fanny Mikey, una mujer argentina que se nacionalizó colombiana y logró convertir Bogotá en uno de los escenarios teatrales más importantes del mundo. Su cita cada dos años en el Festival Iberoamericano de Teatro, desde 1988, ha logrado que las miradas del mundo cultural estén atentas a lo que ocurre en la capital colombiana: innovación, vanguardia, tendencias, tradición y chispazos de futuro de todas las artes escénicas.
La noticia en otros webs
webs en español
en otros idiomas
Su lema para la primera edición, en 1988, fue: "Un acto de fe en Colombia"
Ése es el gran legado que deja Mickey, nacida en Buenos Aires en 1932 y fallecida ayer en Cali por una infección renal. Entre otros premios, recibió la Orden al Mérito en el Grado de Comendador, del Gobierno colombiano, y el Max Hispanoamericano de las Artes Escénicas, en España.
Justo en 2008, Fanny Mikey celebraba sus 60 años de carrera artística. Unos festejos que empezaron con una excelente edición del XI Festival Iberoamericano, en marzo pasado, y lo continuaba como actriz con la gira de la obra Perfume de arrabal y tango que se presentaba en Cali. Precisamente la ciudad que, tras llegar a Colombia en 1959 en pos de un amor, cambió su destino cuando llegó a principios de los sesenta y se vinculó al Teatro Experimental de Cali (TEC). En 1978 participó en la creación de la Fundación Teatro Nacional.
Actriz, directora, gestora cultural y promotora de teatro, Fanny Mikey entraría en la historia de la cultura latinoamericana cuando en 1988, junto al colombiano Ramiro Osorio, organizó, para los festejos del 450º aniversario de Bogotá, el Festival Iberoamericano. Su capacidad de convocatoria en estos 20 años ha reunido a 520 compañías de los cinco continentes. Este año, por ejemplo, participaron 142 grupos de 45 países, con 785 funciones en salas, coliseos, estadios, plaza de toros, colegios, centros comerciales o parques. Dos semanas, empezando por la de Semana Santa, en las que todas las manifestaciones escénicas tomaron día y noche esta ciudad de siete millones de habitantes.
"Es uno de los festivales más hermosos del mundo, donde el poder de convocatoria de artistas y público sobrepasa la imaginación, con una Fanny Mikey alzada como icono del teatro", reconoce Luis Jiménez, director del Festival Don Quijote de París. "Con este último viaje de Fanny todos perdemos. He conocido a muy pocas personas que hayan amado y entregado tanto al teatro como ella", asegura Jiménez, que anunció que este año el Don Quijote, en noviembre, estará dedicado a ella.
Una fiesta. Eso era ella y su teatro. Y lo trasladaba a Bogotá en el festival, tras recorrer todo el mundo viendo e invitando obras y directores para mantener renovada su programación. Del francés Peter Brook al italiano Paolo Magelli, de los españoles Els Comediants y Tomás Pandur al teatro Malandro de Suiza; de los japoneses de Dump Type a los británicos de la compañía de Akram Kahn; de la ópera de Pekín al teatro Cinema de Chile o la Royal Shakespeare Company.
Lo mejor del teatro contemporáneo ha pasado por allí. Una labor que ha permitido fortalecer la tradición teatral de Colombia y servido de escaparate para tantas compañías. Y, sobre todo, consiguió que la gente quisiera al teatro, y lo esperara; y que el teatro cumpliera su sueño: convivir con la gente. "Hemos logrado demostrar que arte y cultura están emparentadas con la fe, con cualquier fe", dijo el pasado marzo. Lo principal para ella era el actor, dijo recientemente a EL PAÍS: "Cuando uno se sienta a ver a un actor en carne y hueso, y cómo plantea problemas o asuntos que a uno también le interesan e inquietan, no tiene comparación. Esa sensación de verdad se ha recuperado, tras unos años eclipsada por las tecnologías. ¡El actor es el rey del teatro!".
Mikey actuó en más de sesenta obras, en televisión, participó en cinco café-conciertos, dos películas y dirigió media docena de piezas. "Es sin duda una de las figuras más importantes del teatro latinoamericano", afirma Ángel Martínez Roger, director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) de Madrid. Él tuvo la oportunidad de conocerla y visitar el Festival Iberoamericano del que tanto había oído hablar: "En verdad es un espectáculo sorprendente. Sobre todo por la capacidad que tenía ella para conciliar más de 40 países en 500 funciones. Su humanidad y personalidad eran arrolladoras".
Una obra que es referencia, según Juan Margallo, ex director del Festival Internacional de Teatro de Cádiz. Cuenta que no ha visto a una persona con tantas armas en un festival como el de Bogotá: "Tenía una gran capacidad de trabajo y de convocatoria. Ése es su legado, el poder organizar algo de tan alta calidad y variedad". El mérito se multiplica, dice, porque, "el último país donde uno pensaría que se pudiera organizar un macrofestival que convocara a tantos artistas y millones de personas es Colombia. Pero ella demostró no sólo que eso era posible sino también que lo convirtió en referencia". No en vano, el lema con el que empezó el festival en 1988 fue: "Un acto de fe en Colombia". Y en su intervención para clausurar la edición pasada afirmó que "el show debe continuar", mientras los millares de asistentes al parque Simón Bolívar coreaban: "¡Gracias, Fanny!". Gracias.
Fanny Mikey, madrina del teatro latinoamericano
Fue actriz y directora del esencial Festival Iberoamericano de Bogotá
WINSTON MANRIQUE SABOGAL 17/08/2008
Vota
Resultado 9 votos
¡Actriz! Sí, actriz antes que cualquier otra cosa. Eso se consideraba Fanny Mikey, una mujer argentina que se nacionalizó colombiana y logró convertir Bogotá en uno de los escenarios teatrales más importantes del mundo. Su cita cada dos años en el Festival Iberoamericano de Teatro, desde 1988, ha logrado que las miradas del mundo cultural estén atentas a lo que ocurre en la capital colombiana: innovación, vanguardia, tendencias, tradición y chispazos de futuro de todas las artes escénicas.
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Su lema para la primera edición, en 1988, fue: "Un acto de fe en Colombia"
Ése es el gran legado que deja Mickey, nacida en Buenos Aires en 1932 y fallecida ayer en Cali por una infección renal. Entre otros premios, recibió la Orden al Mérito en el Grado de Comendador, del Gobierno colombiano, y el Max Hispanoamericano de las Artes Escénicas, en España.
Justo en 2008, Fanny Mikey celebraba sus 60 años de carrera artística. Unos festejos que empezaron con una excelente edición del XI Festival Iberoamericano, en marzo pasado, y lo continuaba como actriz con la gira de la obra Perfume de arrabal y tango que se presentaba en Cali. Precisamente la ciudad que, tras llegar a Colombia en 1959 en pos de un amor, cambió su destino cuando llegó a principios de los sesenta y se vinculó al Teatro Experimental de Cali (TEC). En 1978 participó en la creación de la Fundación Teatro Nacional.
Actriz, directora, gestora cultural y promotora de teatro, Fanny Mikey entraría en la historia de la cultura latinoamericana cuando en 1988, junto al colombiano Ramiro Osorio, organizó, para los festejos del 450º aniversario de Bogotá, el Festival Iberoamericano. Su capacidad de convocatoria en estos 20 años ha reunido a 520 compañías de los cinco continentes. Este año, por ejemplo, participaron 142 grupos de 45 países, con 785 funciones en salas, coliseos, estadios, plaza de toros, colegios, centros comerciales o parques. Dos semanas, empezando por la de Semana Santa, en las que todas las manifestaciones escénicas tomaron día y noche esta ciudad de siete millones de habitantes.
"Es uno de los festivales más hermosos del mundo, donde el poder de convocatoria de artistas y público sobrepasa la imaginación, con una Fanny Mikey alzada como icono del teatro", reconoce Luis Jiménez, director del Festival Don Quijote de París. "Con este último viaje de Fanny todos perdemos. He conocido a muy pocas personas que hayan amado y entregado tanto al teatro como ella", asegura Jiménez, que anunció que este año el Don Quijote, en noviembre, estará dedicado a ella.
Una fiesta. Eso era ella y su teatro. Y lo trasladaba a Bogotá en el festival, tras recorrer todo el mundo viendo e invitando obras y directores para mantener renovada su programación. Del francés Peter Brook al italiano Paolo Magelli, de los españoles Els Comediants y Tomás Pandur al teatro Malandro de Suiza; de los japoneses de Dump Type a los británicos de la compañía de Akram Kahn; de la ópera de Pekín al teatro Cinema de Chile o la Royal Shakespeare Company.
Lo mejor del teatro contemporáneo ha pasado por allí. Una labor que ha permitido fortalecer la tradición teatral de Colombia y servido de escaparate para tantas compañías. Y, sobre todo, consiguió que la gente quisiera al teatro, y lo esperara; y que el teatro cumpliera su sueño: convivir con la gente. "Hemos logrado demostrar que arte y cultura están emparentadas con la fe, con cualquier fe", dijo el pasado marzo. Lo principal para ella era el actor, dijo recientemente a EL PAÍS: "Cuando uno se sienta a ver a un actor en carne y hueso, y cómo plantea problemas o asuntos que a uno también le interesan e inquietan, no tiene comparación. Esa sensación de verdad se ha recuperado, tras unos años eclipsada por las tecnologías. ¡El actor es el rey del teatro!".
Mikey actuó en más de sesenta obras, en televisión, participó en cinco café-conciertos, dos películas y dirigió media docena de piezas. "Es sin duda una de las figuras más importantes del teatro latinoamericano", afirma Ángel Martínez Roger, director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) de Madrid. Él tuvo la oportunidad de conocerla y visitar el Festival Iberoamericano del que tanto había oído hablar: "En verdad es un espectáculo sorprendente. Sobre todo por la capacidad que tenía ella para conciliar más de 40 países en 500 funciones. Su humanidad y personalidad eran arrolladoras".
Una obra que es referencia, según Juan Margallo, ex director del Festival Internacional de Teatro de Cádiz. Cuenta que no ha visto a una persona con tantas armas en un festival como el de Bogotá: "Tenía una gran capacidad de trabajo y de convocatoria. Ése es su legado, el poder organizar algo de tan alta calidad y variedad". El mérito se multiplica, dice, porque, "el último país donde uno pensaría que se pudiera organizar un macrofestival que convocara a tantos artistas y millones de personas es Colombia. Pero ella demostró no sólo que eso era posible sino también que lo convirtió en referencia". No en vano, el lema con el que empezó el festival en 1988 fue: "Un acto de fe en Colombia". Y en su intervención para clausurar la edición pasada afirmó que "el show debe continuar", mientras los millares de asistentes al parque Simón Bolívar coreaban: "¡Gracias, Fanny!". Gracias.
FANNY MIKEY
OBITUARIO
Fanny Mikey, madrina del teatro latinoamericano
Fue actriz y directora del esencial Festival Iberoamericano de Bogotá
WINSTON MANRIQUE SABOGAL 17/08/2008
¡Actriz! Sí, actriz antes que cualquier otra cosa. Eso se consideraba Fanny Mikey, una mujer argentina que se nacionalizó colombiana y logró convertir Bogotá en uno de los escenarios teatrales más importantes del mundo. Su cita cada dos años en el Festival Iberoamericano de Teatro, desde 1988, ha logrado que las miradas del mundo cultural estén atentas a lo que ocurre en la capital colombiana: innovación, vanguardia, tendencias, tradición y chispazos de futuro de todas las artes escénicas.
La noticia en otros webs
Su lema para la primera edición, en 1988, fue: "Un acto de fe en Colombia"
Ése es el gran legado que deja Mickey, nacida en Buenos Aires en 1932 y fallecida ayer en Cali por una infección renal. Entre otros premios, recibió la Orden al Mérito en el Grado de Comendador, del Gobierno colombiano, y el Max Hispanoamericano de las Artes Escénicas, en España.
Justo en 2008, Fanny Mikey celebraba sus 60 años de carrera artística. Unos festejos que empezaron con una excelente edición del XI Festival Iberoamericano, en marzo pasado, y lo continuaba como actriz con la gira de la obra Perfume de arrabal y tango que se presentaba en Cali. Precisamente la ciudad que, tras llegar a Colombia en 1959 en pos de un amor, cambió su destino cuando llegó a principios de los sesenta y se vinculó al Teatro Experimental de Cali (TEC). En 1978 participó en la creación de la Fundación Teatro Nacional.
Actriz, directora, gestora cultural y promotora de teatro, Fanny Mikey entraría en la historia de la cultura latinoamericana cuando en 1988, junto al colombiano Ramiro Osorio, organizó, para los festejos del 450º aniversario de Bogotá, el Festival Iberoamericano. Su capacidad de convocatoria en estos 20 años ha reunido a 520 compañías de los cinco continentes. Este año, por ejemplo, participaron 142 grupos de 45 países, con 785 funciones en salas, coliseos, estadios, plaza de toros, colegios, centros comerciales o parques. Dos semanas, empezando por la de Semana Santa, en las que todas las manifestaciones escénicas tomaron día y noche esta ciudad de siete millones de habitantes.
"Es uno de los festivales más hermosos del mundo, donde el poder de convocatoria de artistas y público sobrepasa la imaginación, con una Fanny Mikey alzada como icono del teatro", reconoce Luis Jiménez, director del Festival Don Quijote de París. "Con este último viaje de Fanny todos perdemos. He conocido a muy pocas personas que hayan amado y entregado tanto al teatro como ella", asegura Jiménez, que anunció que este año el Don Quijote, en noviembre, estará dedicado a ella.
Una fiesta. Eso era ella y su teatro. Y lo trasladaba a Bogotá en el festival, tras recorrer todo el mundo viendo e invitando obras y directores para mantener renovada su programación. Del francés Peter Brook al italiano Paolo Magelli, de los españoles Els Comediants y Tomás Pandur al teatro Malandro de Suiza; de los japoneses de Dump Type a los británicos de la compañía de Akram Kahn; de la ópera de Pekín al teatro Cinema de Chile o la Royal Shakespeare Company.
Lo mejor del teatro contemporáneo ha pasado por allí. Una labor que ha permitido fortalecer la tradición teatral de Colombia y servido de escaparate para tantas compañías. Y, sobre todo, consiguió que la gente quisiera al teatro, y lo esperara; y que el teatro cumpliera su sueño: convivir con la gente. "Hemos logrado demostrar que arte y cultura están emparentadas con la fe, con cualquier fe", dijo el pasado marzo. Lo principal para ella era el actor, dijo recientemente a EL PAÍS: "Cuando uno se sienta a ver a un actor en carne y hueso, y cómo plantea problemas o asuntos que a uno también le interesan e inquietan, no tiene comparación. Esa sensación de verdad se ha recuperado, tras unos años eclipsada por las tecnologías. ¡El actor es el rey del teatro!".
Mikey actuó en más de sesenta obras, en televisión, participó en cinco café-conciertos, dos películas y dirigió media docena de piezas. "Es sin duda una de las figuras más importantes del teatro latinoamericano", afirma Ángel Martínez Roger, director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) de Madrid. Él tuvo la oportunidad de conocerla y visitar el Festival Iberoamericano del que tanto había oído hablar: "En verdad es un espectáculo sorprendente. Sobre todo por la capacidad que tenía ella para conciliar más de 40 países en 500 funciones. Su humanidad y personalidad eran arrolladoras".
Una obra que es referencia, según Juan Margallo, ex director del Festival Internacional de Teatro de Cádiz. Cuenta que no ha visto a una persona con tantas armas en un festival como el de Bogotá: "Tenía una gran capacidad de trabajo y de convocatoria. Ése es su legado, el poder organizar algo de tan alta calidad y variedad". El mérito se multiplica, dice, porque, "el último país donde uno pensaría que se pudiera organizar un macrofestival que convocara a tantos artistas y millones de personas es Colombia. Pero ella demostró no sólo que eso era posible sino también que lo convirtió en referencia". No en vano, el lema con el que empezó el festival en 1988 fue: "Un acto de fe en Colombia". Y en su intervención para clausurar la edición pasada afirmó que "el show debe continuar", mientras los millares de asistentes al parque Simón Bolívar coreaban: "¡Gracias, Fanny!". Gracias.
Fanny Mikey, madrina del teatro latinoamericano
Fue actriz y directora del esencial Festival Iberoamericano de Bogotá
WINSTON MANRIQUE SABOGAL 17/08/2008
¡Actriz! Sí, actriz antes que cualquier otra cosa. Eso se consideraba Fanny Mikey, una mujer argentina que se nacionalizó colombiana y logró convertir Bogotá en uno de los escenarios teatrales más importantes del mundo. Su cita cada dos años en el Festival Iberoamericano de Teatro, desde 1988, ha logrado que las miradas del mundo cultural estén atentas a lo que ocurre en la capital colombiana: innovación, vanguardia, tendencias, tradición y chispazos de futuro de todas las artes escénicas.
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Su lema para la primera edición, en 1988, fue: "Un acto de fe en Colombia"
Ése es el gran legado que deja Mickey, nacida en Buenos Aires en 1932 y fallecida ayer en Cali por una infección renal. Entre otros premios, recibió la Orden al Mérito en el Grado de Comendador, del Gobierno colombiano, y el Max Hispanoamericano de las Artes Escénicas, en España.
Justo en 2008, Fanny Mikey celebraba sus 60 años de carrera artística. Unos festejos que empezaron con una excelente edición del XI Festival Iberoamericano, en marzo pasado, y lo continuaba como actriz con la gira de la obra Perfume de arrabal y tango que se presentaba en Cali. Precisamente la ciudad que, tras llegar a Colombia en 1959 en pos de un amor, cambió su destino cuando llegó a principios de los sesenta y se vinculó al Teatro Experimental de Cali (TEC). En 1978 participó en la creación de la Fundación Teatro Nacional.
Actriz, directora, gestora cultural y promotora de teatro, Fanny Mikey entraría en la historia de la cultura latinoamericana cuando en 1988, junto al colombiano Ramiro Osorio, organizó, para los festejos del 450º aniversario de Bogotá, el Festival Iberoamericano. Su capacidad de convocatoria en estos 20 años ha reunido a 520 compañías de los cinco continentes. Este año, por ejemplo, participaron 142 grupos de 45 países, con 785 funciones en salas, coliseos, estadios, plaza de toros, colegios, centros comerciales o parques. Dos semanas, empezando por la de Semana Santa, en las que todas las manifestaciones escénicas tomaron día y noche esta ciudad de siete millones de habitantes.
"Es uno de los festivales más hermosos del mundo, donde el poder de convocatoria de artistas y público sobrepasa la imaginación, con una Fanny Mikey alzada como icono del teatro", reconoce Luis Jiménez, director del Festival Don Quijote de París. "Con este último viaje de Fanny todos perdemos. He conocido a muy pocas personas que hayan amado y entregado tanto al teatro como ella", asegura Jiménez, que anunció que este año el Don Quijote, en noviembre, estará dedicado a ella.
Una fiesta. Eso era ella y su teatro. Y lo trasladaba a Bogotá en el festival, tras recorrer todo el mundo viendo e invitando obras y directores para mantener renovada su programación. Del francés Peter Brook al italiano Paolo Magelli, de los españoles Els Comediants y Tomás Pandur al teatro Malandro de Suiza; de los japoneses de Dump Type a los británicos de la compañía de Akram Kahn; de la ópera de Pekín al teatro Cinema de Chile o la Royal Shakespeare Company.
Lo mejor del teatro contemporáneo ha pasado por allí. Una labor que ha permitido fortalecer la tradición teatral de Colombia y servido de escaparate para tantas compañías. Y, sobre todo, consiguió que la gente quisiera al teatro, y lo esperara; y que el teatro cumpliera su sueño: convivir con la gente. "Hemos logrado demostrar que arte y cultura están emparentadas con la fe, con cualquier fe", dijo el pasado marzo. Lo principal para ella era el actor, dijo recientemente a EL PAÍS: "Cuando uno se sienta a ver a un actor en carne y hueso, y cómo plantea problemas o asuntos que a uno también le interesan e inquietan, no tiene comparación. Esa sensación de verdad se ha recuperado, tras unos años eclipsada por las tecnologías. ¡El actor es el rey del teatro!".
Mikey actuó en más de sesenta obras, en televisión, participó en cinco café-conciertos, dos películas y dirigió media docena de piezas. "Es sin duda una de las figuras más importantes del teatro latinoamericano", afirma Ángel Martínez Roger, director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) de Madrid. Él tuvo la oportunidad de conocerla y visitar el Festival Iberoamericano del que tanto había oído hablar: "En verdad es un espectáculo sorprendente. Sobre todo por la capacidad que tenía ella para conciliar más de 40 países en 500 funciones. Su humanidad y personalidad eran arrolladoras".
Una obra que es referencia, según Juan Margallo, ex director del Festival Internacional de Teatro de Cádiz. Cuenta que no ha visto a una persona con tantas armas en un festival como el de Bogotá: "Tenía una gran capacidad de trabajo y de convocatoria. Ése es su legado, el poder organizar algo de tan alta calidad y variedad". El mérito se multiplica, dice, porque, "el último país donde uno pensaría que se pudiera organizar un macrofestival que convocara a tantos artistas y millones de personas es Colombia. Pero ella demostró no sólo que eso era posible sino también que lo convirtió en referencia". No en vano, el lema con el que empezó el festival en 1988 fue: "Un acto de fe en Colombia". Y en su intervención para clausurar la edición pasada afirmó que "el show debe continuar", mientras los millares de asistentes al parque Simón Bolívar coreaban: "¡Gracias, Fanny!". Gracias.
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